las iniciativas de administración electrónica han transformado el sector público de muchos países, aumentando y mejorando la vida de los ciudadanos mediante la prestación de servicios públicos de calidad, lo que se traduce en una mayor confianza de los usuarios, una aceleración de la prestación de servicios y un acceso sin fisuras a la información.
Un gran volumen de datos electrónicos viaja a través de terceros, lo que a veces puede suponer numerosas transferencias a lo largo de una cadena de suministro. Estas cadenas de suministro pueden ser particulares o empresas (terceros proveedores) que prestan servicios externos como alojamiento, facturación externalizada, servicios de papel electoral, reguladores e investigación. Las administraciones públicas se enfrentan a un riesgo sin precedentes y deben garantizar la seguridad de todo su patrimonio digital, a través de múltiples dispositivos, redes e infraestructuras.
La seguridad de los datos en el sector de la administración electrónica es crucial: los ciudadanos deben aceptar los nuevos servicios públicos digitales y confiar en que sus datos personales se manejan de forma segura.
La criptografía desempeña un papel fundamental en la implantación de sistemas seguros: confidencialidad, integridad y autenticación.