El cambio hacia infraestructuras y entornos conectados en el sector de la energía y los servicios públicos está experimentando una rápida transformación y se espera que siga acelerándose hasta el final de la década. Como parte de la infraestructura crítica, la seguridad de los componentes individuales, así como los datos que se producen dentro del sector de la Energía y los Servicios Públicos es una alta prioridad.
Las infraestructuras digitales de los sectores de la energía y los servicios públicos son en gran medida similares a las de otras industrias: Una red de dispositivos conectados, bases de datos, redes, software, etc., es la base fundamental para una transparencia total en toda la infraestructura. El intercambio constante de información entre las entidades conectadas proporciona la capacidad de planificar y equilibrar los recursos necesarios (ya sea el suministro de agua, gas, energía, o los recursos humanos para ejecutar los trabajos de servicio y mantenimiento). De la enorme cantidad de datos creados pueden derivarse estadísticas valiosas a partir de datos históricos, así como predicciones fiables para el futuro.
En comparación con las infraestructuras digitales de otras industrias, la necesidad de una protección fiable de todos los puntos finales conectados, incluidos los datos generados, intercambiados, utilizados y almacenados, es aún más crucial, ya que los ataques selectivos pueden afectar a grandes partes de la población civil y de las empresas que reciben energía, agua, gas, o que dependen de los servicios constantes del sector de la energía y los servicios públicos.