La industria del automóvil utiliza cada vez más dispositivos IoT y componentes conectados en red para los procesos de fabricación.
Con frecuencia, estos componentes son producidos por proveedores de la industria del automóvil y no por el fabricante. Como resultado, ha surgido un mercado lucrativo para los falsificadores, que promete grandes márgenes. Un estudio encargado por la Federación Alemana de Ingeniería (VDMA) cita unas pérdidas anuales totales de 7.600 millones de euros debido a la falsificación en el sector de la ingeniería mecánica y de instalaciones.
Existen soluciones físicas a este problema, como los números de serie, pero también se necesitan soluciones digitales que garanticen la autenticidad de estas piezas y componentes.
Una contrapartida digital es el proceso de inyección de claves, que inyecta una clave criptográfica en los componentes. Esto proporciona a cada pieza una identidad única que puede ser verificada por el fabricante.
Otro método de autenticidad es la tecnología Blockchain, que puede utilizarse para mejorar la trazabilidad y la automatización del proceso de fabricación. Por ejemplo, blockchain puede ayudar a combatir el fraude en el kilometraje de los cuentakilómetros, ya que el kilometraje de un coche se captura y valida a través de un "libro de registro digital" y, a su vez, está protegido contra la manipulación.
Para la identificación segura de dispositivos, aplicaciones y usuarios, los fabricantes pueden utilizar la Infraestructura de Clave Pública para la generación, emisión, renovación y revocación de certificados.
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