Los entornos de producción conectados permiten una producción transparente, continua y armonizada. Se definen como redes digitales formadas por entidades físicas y digitales, como dispositivos, sistemas y software.
En los entornos de producción conectados, toda la información puede introducirse en una visión general centralizada, lo que proporciona una transparencia total y la capacidad de analizar y planificar la producción, incluidos los tiempos de inactividad por trabajos de mantenimiento y servicio. El uso de esta tecnología evita predicciones innecesarias o incertidumbre sobre el estado de cada entidad (por ejemplo, si una máquina específica está infrautilizada o sobrecargada, cuál es el estado de mantenimiento de cada máquina, cuál es la producción de cada planta).
Las ventajas de utilizar un entorno de producción conectado son evidentes. Sin embargo, la conexión digital y el intercambio de datos también plantean un riesgo importante.
Cada entidad conectada y cada punto de acceso a entidades individuales podría ser un punto de entrada potencial para una intrusión si no se protege adecuadamente. La gestión de identidades y accesos es un componente clave para asegurar un entorno de producción conectado. El acceso no autorizado a este entorno digital, así como a los datos generados, utilizados y almacenados, se gestiona, protege y asegura activamente utilizando identidades digitales fiables y gestión de derechos de acceso.