El sector de los seguros genera grandes volúmenes de datos procedentes de multitud de fuentes (registros de pólizas, siniestros, redes sociales, agencias de referencia de crédito, sensores) que deben procesarse y analizarse para poder evaluar y tarificar el riesgo con mayor precisión. La explotación de estos datos tiene ventajas ilimitadas: reducción del fraude, pólizas a medida y mejor segmentación de los clientes.
En consonancia con las expectativas de los consumidores hacia todo lo digital, así como con las diversas formas en que se recopilan, almacenan, procesan y analizan los datos, el riesgo cibernético contribuye a la vulnerabilidad a medida que se acumulan más y más datos.
En un mercado altamente regulado, las aseguradoras tendrían que ofrecer una solución integral de gobernanza de datos con controles adecuados para garantizar que el procesamiento pertinente cumple la normativa vigente y en evolución sobre privacidad de datos.
La criptografía desempeña un papel fundamental en la implantación de sistemas seguros: confidencialidad, integridad y autenticación.